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Artículo tomado del Periódico Renovación Internacional publicado en el 2001 por el periodista Guillermo Torres.

Pocos son los artistas que se atreven a recorrer el difícil camino de lo abstracto . Se requiere de una alta dosis de rebeldía y un espíritu a toda prueba para enfrentarse a la incomprensión y la ausencia del aplauso prematuro, mientras se desarrolla el complicado lenguaje particular donde el creador interpreta el mundo a su propio antojo,plasmando y construyendo sensaciones a través de los elementos plásticos. Y esto es lo que ha hecho en los últimos 15 años. Oscar Eslava (1963), uno de los jóvenes pintores boyacenses, quién sin duda alguna,tiene desde ya, un lugar entre los más destacados artistas del Arte Contemporáneo departamental y nacional.

Alumno fundador de la Escuela Superior de Artes Plásticas del ICBA, fue avanzado dicípulo de los maestros Willie Ostos y Armando Chicangana.

Una vez graduado funda en compañía de otros noveles pintores el Grupo Bitácora , entre los cuales a parte de Oscar se destaca el pintor Camilo Castellanos.

Su búsqueda expresivalo lleva a incursionar en los territorios de las artes escénicas, participando del grupo AEL, dirigido por Carlos Sanchez, donde también participa en el diseño de la escenografía y como actor.

Posteriormente se une al grupo de teatro de la UPTC, Almas Muertas, quienes representan a Boyacá en el encuentro Nacional de Teatro Universitario en la ciudad de Oiba (Santander) en el año de 1995, donde su representación de la obra “Vincent Van Gogh, el suicidado de la sociedad” de AntolinArtuad,ocupa un destacado lugar. Culmina su periplo teatral con una gira que terminaen la ciudad del Cocuy donde fundan la Casa de la Cultura.

Comprometido con las causas pacifistas se entrega de lleno a plasmar en murales de gran formato en el occidente boyacense, los sueños posteriores a la guerra de las esmeraldas. Muchas escuelas, colegios, espacios públicos del occidente boyacense, atestiguan el aporte de este artista a la pacificación de este territorio. Avido de nuevas experiencias y sensaciones se dirige al Sur de América donde alimenta su espíritu con los maravillosos paisajes australes, al tiempo que se impregna de sus gentes y sus vivencias.

Al regresar a Colombia se propone plasmar todas estas y se recluye en la austera y mágica Villa de Leyva, donde toda esta pasión, donde toda esta pasión creadora que lo caracteriza comienza a tomar forma en una estupenda obra plástica que comprende la pintura en diversos materiales y la escultura.

Su obra sin lugar a dudas expresa a ese ser pletórico de pasiones, las cuales se encausan y se transmiten en un manejo irreverente del color, en un rompimiento total con la “realidad” para sumergirse en mundos y submundos de colores , líneas y fluídos desbordantes, pero cargado de grandes significaciones y mensajes codificados.

Paralelamente Oscar logra conseguir ese difícil equilibrio entre el caos y el orden, esos opuestos entre los cuales sobre una cuerda floja, se debaten aquellos que advienen al arte abstracto .

Y lo más paradógico es que consigue la estética suficiente para recrear en medio de la confusión, a transpasar el mensaje en medio del aparente caos.

En la actualidad, en su taller de Villa de Leyva, llevado por su inagotable creatividad, el artista se lanza más allá del lienzo, incursionando en el performance a través de objetos tridimensionales y buscando recursos expresivos con elementos cotidianos, llevando el logro de lo abstracto con la certeza de aquel quién después de todo el esfuerzo del mundo, es conciente de la inobjetable “realidad” de su arte.